lunes, 21 de febrero de 2011

Ciudades Y Diferencias Socioeconómicas


El proceso de urbanización es, según queda claro por las evidencias actuales, parte integral del propio proceso de desarrollo[1], y el verdadero desafío para los gobiernos es cómo aprovechar al máximo sus beneficios en este sentido. Vale decir, cómo utilizar la tendencia de los hombres a vivir en ciudades, como una herramienta adicional en el proceso de crecimiento económico y desarrollo humano. De hecho el grado de urbanización de un país se correlaciona con su nivel de riqueza, y ambas variables se mueven juntas a lo largo del tiempo. La evidencia empírica muestra que al aumentar el grado de urbanización de un país, también lo hace su nivel de riqueza medido en ingreso per cápita (Figura 1) [2]. En general, los países reducen sus niveles de pobreza en conjunto con su urbanización progresiva[3].
Sin embargo se ha hecho notar que la relación no es exactamente directa. Prueba de ello es el hecho de que África y Asia se han urbanizado prácticamente a la misma velocidad, aunque su desarrollo económico ha sido enormemente dispar[1].
Las causas de esta relación permanecen inciertas. Si el desarrollo favorece la urbanización o viceversa, no ha sido dilucidado. Lo máximo que se puede afirmar es que las ciudades más grandes florecen en las economías más grandes de cada región tomada en sí misma[2], lo que debe ser diferenciado de las comparaciones internacionales. De todos modos, el proceso de urbanización se ha visto asociado a una serie de cambios positivos a nivel de innovación tecnológica, educación, y emprendimientos, que harían pensar que se trata de una ventaja competitiva a la hora de desarrollar actividades económicas. Una cuestión indudable también es que los habitantes de las ciudades son, en proporción, más ricos que los de su connacionales rurales (Figura 2) [3]. En efecto, las ciudades acumulan una proporción mayor del PBI nacional por habitante, que las regiones no urbanizadas.
A pesar del extraordinario crecimiento de la pobreza urbana, la mayoría de los pobres de los países en vías de desarrollo vive en zonas rurales[1]. Aproximadamente el 75% de los pobres de los países subdesarrollados todavía vive en zonas rurales. Y a pesar de que la los pobres se urbanizan rápidamente, más aún, los pobres se urbanizan más rápido que cualquier otro grupo, de todas maneras faltan varias décadas para revertir la predominancia en áreas rurales. Sin embargo este no es el caso de América Latina, donde el 60% de los pobres viven en zonas urbanas, hecho único en el mundo (Figura 3).
Las ciudades son lugares de concentración de las desigualdades sociales. Esto se puede ver observando el coeficiente de Gini para las ciudades de las diferentes regiones. Las ciudades más inequitativas son las de África, siguen las de América Latina, y las más igualitarias son las ciudades de los países ricos (Figura 4).

[1] Martín Ravallion. Urban poverty. Finance & Development, September 2007, p.15-17


[1] David E. Bloom, Tarun Khanna. Urban revolution. Finance & Development, September 2007, p.9-14
[2] David Vlahov, Nicholas Freudenberg, Fernando Proietti, Danielle Ompad, Andrew Quinn, Vijay Nandi, Sandro Gale. Urban as a Determinant of Health. Journal of Urban Health: Bulletin of the New York Academy of Medicine 2007; Vol. 84, No. 1 doi:10.1007/s11524-007-9169-3
[3] United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division, UN-HABITAT (2008). State of the World’s Cities 2010/2011. Bridging The Urban Divide. London 2008.


[1] United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division, UN-HABITAT (2008). State of the World’s Cities 2010/2011. Bridging The Urban Divide. London 2008.
[2] United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division, UN-HABITAT (2008). State of the World’s Cities 2010/2011. Bridging The Urban Divide. London 2008.
[3] Martín Ravallion. Urban poverty. Finance & Development, September 2007, p.15-17

jueves, 17 de febrero de 2011

Crece conurbano, Crece...

La Argentina, entre el 2001 (36.260.130 Hab.) y el 2010 (40.091.359 Hab.) sumó 3.831.229 nuevos habitantes, de los cuales el 31% (1.225.845 Hab.) se agregaron a los 24 partidos del conurbano. De los demás distritos, el resto de la Provincia de Buenos Aires sumó unas 541.380 personas más, Córdoba sumó 300.000 habitantes aproximadamente, Santa Fe unos 200.000, y luego ningún distrito añadió más de 200.000 habitantes nuevos entre crecimiento vegetativo y migraciones internas y externas. La Provincia de Buenos Aires representaba, tanto en el 2001 como en el 2010, el 38% del total de la población del país; sin embargo, representó el 46% del crecimiento poblacional de la Argentina de los últimos 10 años. Y específicamente los 24 partidos del conurbano bonaerense, en el 2001 representaban el 23% de la población de la Argentina, en el 2010 pasaron a contar el 24% de todos los argentinos. Ahora bien, estos distritos representaron el 31% de todos los nuevos argentinos que se sumaron en los últimos 10 años (Gráfico).


En síntesis: la Argentina creció poco en su población total, y 1 de cada 3 nuevos compatriotas, o bien nació o bien llegó a alguno de los 24 partidos del conurbano bonaerense. Además, mientras que la población total del país creció el 10%, la del conurbano lo hizo casi un 15%. El conurbano está creciendo un 30% más rápido que el resto del país; si todos van a 100km/hora, en La Matanza o Lomas de Zamora se va a 130. La diferencia puede no notarse al principio, pero en unos tres o cuatro años más será enorme.



[1] Censo 2010. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. Total del País. Resultados Provisionales. Seria A, Número 1. Buenos Aires 2010

martes, 8 de febrero de 2011

Mortalidad infantil en la argentina trampa de mortalidad

Se ha visto que la mortalidad en los países, en el siglo que pasó, se fue reduciendo con dos regímentes diferentes. Países de alta mortalidad, pobreza estructural, y subdesarrollados, redujeron su mortalidad infantil y alargaron la esperanza de vida, pero a una velocidad peor que otros países, los cuales siempre redujeron más su mortalidad. Estos últimos son países que se desarrollaron. Algunos países pasaron del regimen de mal desempeño al de buen desempeño, pero únicamente luego de profundas transformaciones sociales. En la Argentina pasa igual con nuestras provincias. Algunas, casi todas las del Norte menos Santiago del Estero, siempre se desempeñaron peor que el promedio nacional. Santiago del Estero, a pesar de haber comenzado muy mal, se superó, y hoy tiene valores bajo el promedio. Otras, como la Ciudad de Buenos Aires o Tierra del Fuego, siempre estuvieron mejor que el promedio. Algunas, La Pampa y San Juan, de estar siempre mejor que el promedio, pasaron a estar peor. Les dejo el trabajo. Es un primer avance.

martes, 1 de febrero de 2011

Señores... Esto es inequidad...

Al final de este artículo planteo una misión para nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero comencemos con algunos datos… De las 57 millones de muertes anuales que ocurren globalmente en el planeta, el 20% son niños menores de 5 años de edad, y de esas muertes el 98% ocurren en países subdesarrollados, la mitad en África. De todas las muertes, en los países desarrollados sólo el 20% ocurren entre los 15 y los 59 años, mientras que en los países pobres el 30% de sus muertes ocurren en esta franja etaria. En los países desarrollados el 42% de las muertes ocurren en menores de 60 años de edad, mientras que en los países pobres el 60% de los fallecimientos ocurren antes de esa edad. En África el 70% de los nacidos vivos no cumplirá nunca 60 años; en Europa lo hará el 60%. La pobreza aumenta el riesgo de muerte de un niño, en cualquier país que se estudie. Sin embargo en África la cosa es peor; aquí un niño pobre tiene dos veces más probabilidades de morir que un niño pobre de América.

Capítulo aparte merece la cuestión del cáncer. Los 11 millones de casos de cáncer diagnosticados en el 2002 se convertirán en 17 millones hacia el 2020, y en 27 millones hacia el 2050. Dos tercios de estos tumores van a ser padecidos por personas de países pobres. Ahora bien, como el cáncer es menos curable en los países pobres, eso significa que aproximadamente 75% de las muertes por tumores van a ocurrir en países subdesarrollados.  Un ejemplo dramático viene dado por los tumores infantiles. Mientras que el 75% de los tumores en niños se curan en un país rico, eso ocurre con tan solo el 15% de los casos en los pobres. Otro aspecto importante del cáncer es el aumento de su prevalencia entre las personas mayores, hecho que se magnificará conforme envejece la población mundial[1].
La tendencia, lamentablemente empeora. Un 35% de los niños africanos se encuentran hoy en mayor riesgo de morir que hace 10 años atrás. Aproximadamente unas 500 madres africanas pierden a su pequeño hijo cada hora. En el año 2002 murieron 4.000.000 de niños africanos. Luego de haber superado esta peligrosísima infancia, los adultos africanos también siguen expuestos a mayor riesgo de vida. Hoy, el riesgo de morir de un adulto africano es mayor que hace 30 años; actualmente la expectativa de vida para los hombres africanos llega en algunos países a ser de 46 años. La causa principal de muerte entre los adultos a partir de los 15 años es el SIDA. El virus del HIV mata más de 5000 adultos y 1000 niños por día. A modo de ejemplo se puede decir que un niño nacido en Sierra Leona tiene 3.5 más probabilidades de morir antes de cumplir 5 años de edad que uno nacido en la India, y 100 veces más que uno nacido en Islandia o Singapur[2]. En África ocurren el 42% de todas las muertes infantiles del mundo. La probabilidad que tiene un hombre joven entre los 15 y los 60 años de edad de morir es del 8,3% en Suecia, del 82,1% en Zimbawe, y del 90.1% en Lesoto[3].
A pesar de esta alta mortalidad, el aumento de 800 millones de personas por década en lo que va de ahora al 2025 ocurrirá principalmente en Sur-Asia y África sub-Sahariana; estas regiones comprenden el 55% del crecimiento demográfico esperado[4]. A pesar de la enfermedad y la pobreza, África en lugar de achicarse se expande. Las proyecciones parecen indicar que al ritmo actual de crecimiento, donde se agregan unos 77 millones de personas más cada año, la población mundial para el 2050 será de 8,9 mil Millones de habitantes. Más de la mitad del aumento anual ocurre en seis países: India, China, Pakistán, Bangladesh, Nigeria, y Estados Unidos. Los estados unidos sólo acumula e 4% del crecimiento poblacional anual total. En promedio la tasa de crecimiento poblacional es seis veces mayor en los países pobres (1,46% por año) que en los países ricos (0,25% por año).
Pero conforme aumenta la población africana, lo hacen también su número de desnutridos y de enfermos. Los países con déficit calórico diario promedio más significativo se concentran en Africa sub-sahariana. Mueren 42,5 personas por hora de hambre, unas 372.000 al año. Pero si se toma el hambre como una concausa de muerte debido a la predisposición del paciente desnutrido a enfermarse, entonces mueren unos 6 millones de niños menores de 5 años de hambre por año[5]. El promedio mundial de calorías diarias disponibles para consumo humano directo creció un 19% desde 1960 hasta 1996, año en que llegó a 2.720 Kcal/día/habitante; el promedio de calorías disponibles en los países en vías de desarrollo creció más aún, un 32%, hasta las 2.580 Kcal/día/hab. En Africa-subsahariana sólo se cuenta con 2.150 Kcal/día/hab. El fracaso agropecuario, no obstante, es central a la hora de explicar el fracaso del desarrollo de países del tercer mundo, ya que es casi impensable el crecimiento sin sanear la problemática alimentaria. África sub-Sahariana ha tenido un magro crecimiento en la producción per cápita de cereales en los últimos 50 años, en especial debido a inestabilidad política, malas técnicas de cultivo, y rápido crecimiento demográfico.
Es evidente que el problema africano se ha convertido en un problema de la humanidad. Y creo que hay una misión para el posicionamiento estratégico de la Argentina; ayudar a que esto no sea tan trágico. Se objetará que aún tenemos gente desnutrida en nuestro país, y que entonces no tiene lógica ayudar a otros. Pero el planteo es falaz. Primero que ya estamos ayudando con servicios de salud a nuestros hermanos de países limítrofes. Y segundo, que la ayuda debe ir primero al más necesitado de todos. Y no veo nada en peor situación que África o Haití. Se habla del posicionamiento de la Argentina en el mundo. Planteo un principio estratégico: comencemos a ser de REAL UTILIDAD al resto del mundo, colaborando en la salud, y el hambre. El resultado podría ser un sorprendente descubrimiento de nuestra identidad en el concierto de las naciones. Esta se me ocurre una misión que nuestro cuerpo diplomático estará orgulloso de cumplir.

[1] Franco Cavalli. Cancer in the developing world: can we avoid the disaster? NATURE CLINICAL PRACTICE ONCOLOGY 2006; 3: 582-583 www.nature.com/clinicalpractice doi:10.1038/ncponc0611
[2] Marmot M. Social determinants of health inequalities. Lancet 2005; 365: 1099-1104
[3] Murray CJL, Lopez AD. Mortality by cause for eight regions of the world: global burden of disease study. Lancet 1997; 349: 1269-1276.
[4] Cohen J. Human population: the next half century. Science 2003; 302: 1172-1175
[5] Hunger Basics. In: Bread for the world 2003; "Malnutrition: Overweight population equals world's hungry". (UN Wire, 07/03/2000). UNESCO/Netaid; Food and Agricultural Organization of the United Nations 2000. The state of food insecurity in the world. In: www.fao.org/docrep/x8200e/x8200e03.htm; Alexandratos N. World food and agriculture: outlook for the medium and longer term. Proc Natl Acad Sci USA 1999; 96: 5908-5914; Dyson T. World food trends and prospects to 2025. Proc Natl Acad Sci USA 1999; 96: 5929 – 5936