En su libro "la alternativa de la izquierda", Roberto Mangabeira escribe que "...a los ojos del mundo, Europa ha representado la promesa de una forma de economía de mercado y de globalización más inclusiva e igualitaria que la que se asocia con los ordenamientos estadounidenses y el poder de Estados Unidos". Sin embargo, las noticias en salud que llegan desde el Reino Unido parecen desdecir su afirmación; mientras que el presidente Obama intentó dar un giro más "social" al sistema médico de su país, en Gran Bretaña parece que toman la dirección opuesta.
Debo a un gran médico y dirigente del sector salud, y tras una excelente conversación, el encendido de un alerta: en el horizonte de la salud global aparece otra reforma histórica del sistema de salud. Esta vez toca al Reino Unido. Ocurre que Cameron, su primer ministro, está planeando nada menos que privatizar el Servicio Nacional de Salud de su país. Una de las instituciones más tradicionales de Gran Bretaña, con un millón de empleados y que supo ser ejemplo de prácticas de salud pública, aparentemente se ha vuelto insostenible. El servicio es regular o al menos sumamente incómodo para los pacientes, y el financiamiento se ha vuelto directamente imposible. La verdad es que para quienes dedicamos la última década a estudiar los sistemas de salud, primero la experiencia Americana y ahora la inglesa, son dos modelos extraordinarios para sacar conclusiones respecto de cuál será el mejor futuro para el sistema de salud en la Argentina.
Debo a un gran médico y dirigente del sector salud, y tras una excelente conversación, el encendido de un alerta: en el horizonte de la salud global aparece otra reforma histórica del sistema de salud. Esta vez toca al Reino Unido. Ocurre que Cameron, su primer ministro, está planeando nada menos que privatizar el Servicio Nacional de Salud de su país. Una de las instituciones más tradicionales de Gran Bretaña, con un millón de empleados y que supo ser ejemplo de prácticas de salud pública, aparentemente se ha vuelto insostenible. El servicio es regular o al menos sumamente incómodo para los pacientes, y el financiamiento se ha vuelto directamente imposible. La verdad es que para quienes dedicamos la última década a estudiar los sistemas de salud, primero la experiencia Americana y ahora la inglesa, son dos modelos extraordinarios para sacar conclusiones respecto de cuál será el mejor futuro para el sistema de salud en la Argentina.
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