El nivel educativo no solo afecta el riesgo anual de muerte y la prevalencia de factores de riesgo coronario en la población. Numerosos estudios han demostrado que el nivel de instrucción de la persona modifica la utilización que ésta hace de los servicios de salud. La mamografía es un claro ejemplo de esto. Utilizando la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2005, seleccionamos a las mujeres de entre 40 y 65 años de edad, quienes tienen indicación absoluta de realizarse una mamografía anual para prevenir el cáncer de mama. Clasificamos a la población seleccionada según el máximo nivel de educación alcanzado, y calculamos la proporción en cada grupo que alguna vez se había realizado una mamografía (Figura). De entre las mujeres sin instrucción, en edad de máximo riesgo, el 76,4% nunca se había realizado una mamografía en su vida, contra sólo 27,7% entre aquellas con universitario completo. La diferencia encontrada fue estadísticamente significativa, y concluimos que es más probable que una mujer entre los 40 y 65 años de edad se realice al menos una mamografía en su vida, cuanto mayor es el nivel educativo de la persona.
lunes, 11 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
Nivel Educativo y Factores de Riesgo Cardiovascular en la Argentina
En nuestro país intentamos establecer si existía alguna relación entre nivel educativo alcanzado y prevalencia de hipertensión arterial. Para ello tomamos los casos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del año 2005 (Figura).
De entre ellos seleccionamos a aquellos varones de entre 35 y 55 años, a quienes se les hubiera tomado la presión sanguínea al menos una vez en los últimos 2 años, lo que arrojó una muestra de 13.496 casos en todo el país. De este grupo seleccionamos a quienes un profesional les hubiera informado al menos una vez que tenía la presión arterial elevada. Debido al rango etario, sexo, y la alta prevalencia de HTA en este grupo, consideramos como hipertensos a todos aquellos que cumplieran con este criterio. Obtuvimos un grupo de 3.325 personas sexo masculino, de entre 35 y 55 años de edad, de una muestra al azar de todo el país, con diagnóstico de HTA. Luego los separamos según el máximo nivel alcanzado que hubieran reportado en la misma encuesta. La prevalencia de HTA en aquellos sin instrucción fue del 35%, contra 17% en aquellos con alguna experiencia universitaria. La prevalencia de HTA fue descendiendo sistemáticamente conforme aumentaba el nivel de escolaridad de la persona. La diferencia fue estadísticamente significativa (p<0,001). Además, de estos pacientes con diagnóstico de HTA, únicamente el 40% recibía algún tratamiento.
Concluimos que en varones Argentinos de entre 35 y 55 años de edad, la HTA es más frecuente conforme es menor el nivel educativo de la persona. La operación fue repetida para el caso de obesidad, y los resultados fueron similares. La prevalencia de obesidad aumenta sensiblemente conforme disminuye el máximo nivel educativo alcanzado.
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