El aumento de la presión sobre los recursos naturales generado por el incremento de la población mundial empeora sensiblemente debido a la reducción del número de habitantes por vivienda, lo cual dispara el número de casas de manera exorbitante. Esto aumenta el número de habitaciones per cápita, el consumo de materiales, el tamaño de las ciudades, y la demanda de combustible y otras formas de energía, así como la contaminación.
El número de personas que viven en un mismo hogar se ha visto sensiblemente reducido en las últimas décadas en la mayoría de los países. En el caso de las naciones subdesarrolladas, el número de personas por hogar se redujo de 5.1 a 4.4 entre 1970 y el 2000; para el mismo período los países desarrollados disminuyeron de 3.2 a 2.5 el número promedio de habitantes del hogar. Sumado al hecho que la población del planeta ha aumentado y no disminuido, la reducción del número de personas por hogar implica sencillamente un aumento del número total de casas. Este sólo efecto potencia la presión sobre el ambiente que pudiera resultar del simple crecimiento de la población. Manteniendo fijas las demás variables, una población más numerosa significa mayor demanda de alimentos, agua, tierra cultivable, energía, materiales de construcción, transporte, y demás. El crecimiento económico se encuentra a su vez condicionado por la estructura poblacional de la comunidad en cuestión y ahora se ve claro que por el número de viviendas.
Aún cuando el número de habitantes permaneciese constante, el aumento del número de viviendas tendría importantes implicancias en los recursos naturales y de infraestructura. Los miembros de una misma vivienda comparten espacio, muebles, consumo energético, transporte, y optimizan el consumo de alimentos. Entre 1970 y 1990 el consumo de energía de las regiones más desarrolladas aumentó 2.1% por año, de los cuales 0.7% se debió al incremento poblacional, pero el 1.6% restante es atribuible al mayor número de viviendas.
Liu, Gretchen, y col. de las universidades de Michigan y Stanford, estudiaron la dinámica del número de viviendas en áreas del planeta ricas en número de especies animales y vegetales, pero cuya biodiversidad se encuentra seriamente amenazada por la expansión de la población humana (EE.UU., China, India, Brasil, Bangla Desh, etc.). Los datos fueron extractados de la ONU y de Conservation Internacional.
En estos países cuya biodiversidad está amenazada, el número de viviendas aumentó un 3.1% anual, mientras que la población lo hizo a una tasa del 1.8% anual, entre 1985 y 2000. Esta disparidad entre el crecimiento del número de viviendas y el incremento poblacional se espera acelerarse en los próximos 15 años, lo cual implica una amenaza muy fuerte contra la biodiversidad. El aumento del número de viviendas desproporcionado respecto del crecimiento poblacional se puede explicar por la caída del número de habitantes por hogar. La atomización de la población dará como resultado mayor número de viviendas con menor número de habitantes por hogar, presión que se mantendrá a pesar de la tendencia de ciertas poblaciones como Italia, España, o Portugal, a disminuir el número de habitantes debido a sus bajas tasas de fertilidad. Hay claras evidencias del impacto del aumento en el número de viviendas sobre el hábitat natural de ciertas especies, como ser los pandas gigantes de China y otras.
La reducción de la cantidad de personas por hogar posee dos consecuencias destacables según los autores. En primer lugar, mayor número de viviendas aumentan los requerimientos de espacio y materiales necesarios para la construcción de casas. En segundo lugar, las casas menos pobladas son menos eficientes en cuanto a la utilización de recursos. Entre las causas que originan esta diáspora de hogares más pequeños se cuentan las bajas tasas de fertilidad, el aumento del ingreso per capita, el aumento de la tasa de divorcios, el envejecimiento poblacional, y el descenso en el número de hogares multigeneracionales.
En conclusión el número de hogares así como la población de cada uno de ellos es una variable clave al momento de evaluar el efecto del crecimiento poblacional sobre la biodiversidad del planeta, especialmente en las áreas más amenazadas, que por otro lado son aquellas con ambos fenómenos en simultáneo, una población en expansión y atomizada.
1- Keilman N. The threat of small households. Nature 2003; 421: 489-902 - Liu J, Daily GC, Ehrlich PR, Luck GW. Effects of household dynamics on resource consumption and biodiversity. Nature 2003; 421: 530-33
El texto escrito señala un tema poco trabajado en nuestro país desde los ámbitos en donde se deben tomar resoluciones estratégicas. Su lectura entusiasma e invita a profundizar este tema que hoy aborda la ecología urbana.
ResponderEliminarLa concentración de poblaciones en los centros urbanos es una constante en el mundo pero en nuestro territorio, aún despoblado, no hemos sido capaces de desarrollar un plan de población creíble y confiable que de respuestas sustentables a nuestro pueblo.
Cuando se proyecta un plan de viviendas es para la coyuntura y por cuestiones sectoriales y urgencias de recaudación pero queda en el olvido los valores sociales, culturales y espirituales que debieran ser los que le den la razón de ser...
Carlos, te estimulo a que sigas pensando y proponiendo desde tu profesión de médico y yo lo seguiré haciendo desde la educación. Un abrazo. Miguel Ángel Arzel.