martes, 28 de junio de 2011

Esclavitud en el Mundo; un problema de 27 millones de personas


Las estimaciones realizadas por los expertos a partir de informes nacionales y de otras organizaciones internacionales indican que unos 27.000.000 de personas viven en condiciones de verdadera esclavitud alrededor del planeta en el año 2000. No se trata de un eufemismo, el reporte incluye exclusivamente personas reducidas por la fuerza a la condición de servidumbre, y que además son vendidas y compradas como mercancía. El rubro que más esclavos demanda es el comercio sexual y la prostitución, pero también se los utiliza en plantaciones, fábricas, y otras explotaciones.

A pesar de que el célebre artista uruguayo, Pedro Figari Solari fue capaz de rescatar como pocos, la belleza que los esclavos trajeron en épocas de la colonia al continente Americano, la inhumanidad del hecho no da lugar a discusión.  
Los analistas consideran que la esclavitud es un fenómeno en expansión, y el número de personas esclavizadas en todo el mundo se encuentra en aumento. Un dato importante es el costo del esclavo, cosa que lo ha vuelto más vulnerable. En 1850 por ejemplo, en un estado de Estados Unidos de América (Alabama por ejemplo), un esclavo agrario costaba unos U$S 30.000, en dólares de hoy. Actualmente el mismo esclavo puede ser adquirido, según las investigaciones, por tan sólo unos U$S 100. Más aún, una jovencita es vendida varias veces a través de diferentes traficantes antes de llegar al burdel donde oficiará de prostituta rindiendo varios cientos de dólares diarios a sus explotadores. 
Hoy un esclavo es una mercancía descartable, un insumo barato en la cadena de producción. La esclavitud era una práctica común en la antigüedad, que fue abolida durante el bajo imperio romano con el advenimiento del cristianismo y la conversión de Constantino hacia el año 313 después de Cristo. Si bién la esclavitud continuó, fueron varios los concilios y obispos que la condenaron durante el siglo IV, determinando su desaparición. Posteriormente, el pensamiento humanista fue desarrollando los conceptos que permitirían, por primera vez en la historia, poner en evidencia lo deleznable de esta práctica. Ciertamente hubieron nuevos intentos durante toda la historia de la humanidad,  siempre limitados. Hacia el siglo XVIII, con el colonialismo Inglés y Holandés en África recomienza esta práctica, la cual dura menos de cien años en España, siempre objeto de condena, y hasta el siglo XIX en Norte América. Actualmente la práctica de la esclavitud es clandestina, pero ampliamente favorecida por los conflictos étnicos y raciales que predominan en el tercer mundo, y el consumismo de excentricidades sexuales en el mundo capitalista.

Bibliografía:

1 - www.antislavery.org
2 - www.freetheslaves.org
3 – Kevin Bales. The social psychology of modern slavery. Sci Am 2002; April: 66-74


viernes, 24 de junio de 2011

El porteño del Futuro Nació en Lugano. Ámbito Financiero de Hoy

La mitad de la población mundial vive en ciudades, y la urbanización promedio crece al 1,5% anual. Sin embargo, no es el caso de la Ciudad de Buenos Aires. Los datos del Censo 2010 muestran que la Ciudad creció un 4% en la década, contra 10,6% para el país. En 10 años sumamos 114.944 nuevos porteños, cuando a tasas mundiales tendrían que haber sido 300.000. La población de la Ciudad de Buenos Aires creció al 0,45% anual, bastante menos que San Pablo (1,3% por año), Sídney (0,77%), o Viena (1%).
Ahora bien, además del magro crecimiento, presenciamos un fenómeno general de envejecimiento poblacional. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de fecundidad de la ciudad es 1,8 hijos por mujer, contra 3,4 en Misiones y 2,4 para el país. Esto significa que la población envejece sin descendencia. Asimismo, sólo el 17% de los porteños tienen menos de 15 años de edad, contra un 38% en la Provincia de Misiones. Por otro lado, en el hogar promedio de la Ciudad de Buenos Aires viven de 1 a 2 personas, signo inequívoco de pocos niños en relación a los adultos. Todos estos son indicios claros del envejecimiento de que venimos hablando.
Pobre crecimiento demográfico y envejecimiento constituyen la marca indeleble de la gran crisis del mundo desarrollado. Significan menor número de trabajadores en relación a los pasivos, cambio de los patrones de consumo, y menor ahorro (los mayores gastan lo acumulado durante la edad activa). Consecuentemente, en un futuro cercano, para sostener la producción de bienes y servicios la ciudad enfrentaremos tres alternativas: aumentar la inmigración, los traslados desde el conurbano, ambas cosas, o empobreceremos.
Sin embargo, esta dinámica global oculta otra realidad; que la zona sur, sí crece. Comparando los datos del 2001 con los del 2010, la Comuna 8 creció 14,26% en la década. La población de la zona sur de la ciudad creció al 1,5% anual; tres veces más rápido que el promedio. Recoleta en cambio, en el mismo lapso perdió casi 2.000 habitantes. El sur de la ciudad debe su crecimiento poblacional a la inmigración y al mayor crecimiento vegetativo (aquí las familias son el doble de grandes).
Las consecuencias de este proceso de dos velocidades son claras. En pocos años la mayoría de los adolescentes y jóvenes nacidos en la Capital provendrán de su zona sur, hecho que cambia drásticamente las perspectivas de planificación. Porque la zona sur de la ciudad proveerá la fuerza productiva del futuro, pero necesita una especial atención. Requiere salud, ya que la esperanza de vida allí es 10 a 11 años menor que en Palermo. Necesita educación, porque mientras 66% de los adultos de Recoleta completó 14 o más años de estudio, sólo el 13% de las personas de la Comuna 8 pueden decir lo mismo. Además, se asienta en la cuenca del Riachuelo, luego es prioritario su saneamiento. La zona sur de la ciudad necesita, en definitiva, infraestructura, seguridad, e innovación. Porque es el hogar de la fuerza productiva del futuro mediato.
La población Argentina en general crece muy poco; al ritmo actual faltan todavía 30 años más para el “país de 50 millones de habitantes” que planeó la Generación del 80’. Esta lenta evolución demográfica esconde, sin embargo, un juego a dos tiempos con profundas repercusiones sociales, y que obliga a redoblar los esfuerzos por la inclusión social de los sectores más carenciados. En este sentido la Capital encabeza esta tendencia; pero la dinámica divide en realidad al país de ricos y pobres que se produjo con la crisis del 2001.
En definitiva, toda inversión que se realice en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires es estratégica para nuestro desarrollo. Porque el porteño del futuro ya nació, y transcurre su infancia en Lugano. Hacia allí debe dirigirse nuestra atención.


martes, 7 de junio de 2011

Ámbito Financiero, 8 de Junio de 2011: Por falta de dinero, 30% de la gente no consulta al médico

En nuestro país la atención médica es gratuita en todo el territorio. Sin embargo, siguiendo lo observado en otras naciones, una proporción nada despreciable de ciudadanos refiere no ir al médico por falta de dinero.
Según los datos de la encuesta nacional de factores de riesgo del año 2005, en el conurbano bonaerense, por ejemplo, de las personas que siente algún síntoma por el cual consultarían a un médico, un 30% no lo hace por falta de dinero. Como en todo el mundo, no tener dinero es causa suficiente de no ir al médico. Según el Commonwealth Fund, en el 2010 refieren haber tenido serios problemas para consultar al médico o para pagar sus tratamientos, el 3% de los Alemanes, 9% de los Franceses, y 20% de los Norteamericanos. Nuestra situación es claramente peor.
La pregunta fundamental aquí es la causa. Qué factores hacen que una persona no acuda a un profesional, siendo que este es gratis en los hospitales públicos y centros de atención comunitarios de todo el país. Y existen tres respuestas fundamentales; la primera, la precariedad laboral, que hace que una persona con empleo informal carezca de las garantías y accesos que le brinda el empleo en blanco en este sentido. La segunda respuesta, es la falta de infraestructura; muchos estudios han demostrado que la lejanía o falta de transporte son causa de no consulta al médico.
No obstante, la respuesta más preocupante de todas, respecto de la subutilización de servicios médicos, es la falta de educación. En estudios epidemiológicos se ha visto que las mujeres de mejor nivel educativo, independientemente de su poder adquisitivo, tienen 3 veces más chances de hacerse todos los controles del embarazo, y 5 veces más probabilidades de tener su parto atendido por personal idóneo, en comparación con las mujeres que pasaron menos años en la escuela. Esto es a escala mundial. Pero volviendo al conurbano bonaerense, una mujer adulta posee 25% más de probabilidades de tener algún control mamográfico si posee al menos escuela primaria completa que si no completó la educación inicial.
Podríamos continuar sumando ejemplos, y la conclusión sería la misma. La escolarización es al menos tan importante como la provisión de servicios médicos gratuitos para promover la consulta al profesional. El problema no es menor; consideremos que la esperanza de vida al nacer, en los partidos más pobres del conurbano, puede llegar a tan sólo 56 años para los varones, y algo más de 60 años para las mujeres. Por otro lado, más de la mitad de las personas adultas proveniente de los hogares de menores ingresos no completó sus estudios más allá del primario.
Evidentemente la asignación universal por hijo y otras medidas, creemos que indudablemente aumentarán el nivel de escolarización de los sectores más postergados. Sin embargo, debemos promover con urgencia medidas para aumentar la escolarización entre los adultos jóvenes. De lo contrario, el factor educativo comenzará a hacer efecto en nuestra sociedad recién dentro de 35 a 40 años según las estimaciones. Haciendo que los adultos jóvenes recuperen algo de la escolaridad perdida sería muy provechoso para aumentar la velocidad con que estas políticas impacten sobre el bienestar social.

lunes, 6 de junio de 2011

Celulares y Cáncer

Días atrás la Organización Mundial de la Salud concluyó que la evidencia actual en materia de celulares y cáncer es “limitada”; técnicamente hablando, se observó alguna asociación estadística entre celulares y gliomas, que podría deberse a relación causa-efecto, azar, o a errores de las investigaciones. Segundo, la evidencia hallada fue técnicamente “inadecuada” para definir la cuestión en uno u otro sentido. Tercero, el comité de expertos dijo no poder decir cuánto aumentaría la probabilidad de cáncer de cerebro con el uso de celulares. Por último, la evidencia bastaría para ubicar los dispositivos en el grupo 2B, junto al talco corporal, los implantes quirúrgicos, el café, o trabajar en la industria textil o de bombero.

El comunicado es impecable, propio de una institución del prestigio de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el público destinatario podría interpretarlo únicamente con avanzados conocimientos de bioestadística, y uno de los expertos
tenía pocos fundamentos para recomendar “pragmáticamente” usar “manos libres” y “mensajes de texto” ¡a 3.000 millones de personas en todo el mundo!
Asociación estadística
Algunos estudios muestran tenue “asociación estadística” entre uso de celular y ciertos tumores cerebrales. Estos niveles de asociación son médicamente relativos. Dos circunstancias pueden asociarse por pura casualidad u otros factores. Por ejemplo, la mayoría de los fallecidos en accidentes aéreos pertenecen a niveles sociales medios y altos, de lo cual sería erróneo deducir una relación causal entre ingresos y estos accidentes, cuando el verdadero factor “asociador” es el precio de los pasajes. Falacias similares abundan en medicina.
Por otro lado, dos circunstancias pueden estar estadísticamente asociadas a causa del azar. Errores de este tipo son más frecuentes aún. De hecho, en investigación clínica se suele aceptar un 5% de posibilidades de “azar” en el hallazgo. (Recomiendo ver este artículo)
No queremos decir que sea éste el caso de las investigaciones sobre celulares y cáncer, pero frente a evidencias “limitadas” e “inadecuadas”, no pueden descartarse errores de este tipo.
Además, decir que los celulares aumentan 40% el riesgo de glioma luego de 10 años de uso equivale a pasar de 2 a 3 casos nuevos cada 100.000 habitantes por año. Evidentemente es importante cuantificar el riesgo.
Pero fundamentalmente, la incidencia de cáncer de cerebro en adultos en el primer mundo ha venido disminuyendo, a pesar del aumento exponencial de celulares (Ver en el Instituto Nacional del Cáncer, USA).
Yerran los físicos
Físicos e ingenieros desmintieron las declaraciones de la OMS, argumentando que las microondas no son ionizantes, luego no producen cáncer. El argumento no vale en medicina; tampoco lo hacen el humo del cigarrillo o el arsénico, dos poderosos cancerígenos. A modo de ejemplo, una pequeña reacción inflamatoria causada por múltiples estímulos podría desencadenar un tumor, independientemente de la ionización. Esto es posible, aunque muy poco probable, ya que ni los modelos experimentales ni los estudios epidemiológicos indican hoy que la relación exista. Hay que seguir investigando. (Ver la reacción de los ingenieros y físicos)
Lo posible y lo probable
El inconveniente en todo este enredo parte de la distinción entre lo posible y lo probable. Que algo sea “posible”, en medicina significa que algún mecanismo fisiológico podría explicarlo. Pero su probabilidad depende ya de la frecuencia con que efectivamente se observe en la población. Y esto es una cosa muy distinta. El informe de la OMS no fue claro en cuanto a esta distinción, y la confusión posterior ejemplificó uno de los errores más frecuentes en comunicación médica. Los galenos hablamos en difícil, y está mal; pero a veces, es casi imposible que alguien no entrenado en este oficio comprenda qué es lo que verdaderamente quisimos decir cuando hablamos. Entonces es mejor no decirlo, porque los intentos de traducción pueden transformar el asunto en un escándalo.