Las estimaciones realizadas por los expertos a partir de informes nacionales y de otras organizaciones internacionales indican que unos 27.000.000 de personas viven en condiciones de verdadera esclavitud alrededor del planeta en el año 2000. No se trata de un eufemismo, el reporte incluye exclusivamente personas reducidas por la fuerza a la condición de servidumbre, y que además son vendidas y compradas como mercancía. El rubro que más esclavos demanda es el comercio sexual y la prostitución, pero también se los utiliza en plantaciones, fábricas, y otras explotaciones.
A pesar de que el célebre artista uruguayo, Pedro Figari Solari fue capaz de rescatar como pocos, la belleza que los esclavos trajeron en épocas de la colonia al continente Americano, la inhumanidad del hecho no da lugar a discusión.
Los analistas consideran que la esclavitud es un fenómeno en expansión, y el número de personas esclavizadas en todo el mundo se encuentra en aumento. Un dato importante es el costo del esclavo, cosa que lo ha vuelto más vulnerable. En 1850 por ejemplo, en un estado de Estados Unidos de América (Alabama por ejemplo), un esclavo agrario costaba unos U$S 30.000, en dólares de hoy. Actualmente el mismo esclavo puede ser adquirido, según las investigaciones, por tan sólo unos U$S 100. Más aún, una jovencita es vendida varias veces a través de diferentes traficantes antes de llegar al burdel donde oficiará de prostituta rindiendo varios cientos de dólares diarios a sus explotadores.
Hoy un esclavo es una mercancía descartable, un insumo barato en la cadena de producción. La esclavitud era una práctica común en la antigüedad, que fue abolida durante el bajo imperio romano con el advenimiento del cristianismo y la conversión de Constantino hacia el año 313 después de Cristo. Si bién la esclavitud continuó, fueron varios los concilios y obispos que la condenaron durante el siglo IV, determinando su desaparición. Posteriormente, el pensamiento humanista fue desarrollando los conceptos que permitirían, por primera vez en la historia, poner en evidencia lo deleznable de esta práctica. Ciertamente hubieron nuevos intentos durante toda la historia de la humanidad, siempre limitados. Hacia el siglo XVIII, con el colonialismo Inglés y Holandés en África recomienza esta práctica, la cual dura menos de cien años en España, siempre objeto de condena, y hasta el siglo XIX en Norte América. Actualmente la práctica de la esclavitud es clandestina, pero ampliamente favorecida por los conflictos étnicos y raciales que predominan en el tercer mundo, y el consumismo de excentricidades sexuales en el mundo capitalista.
Bibliografía:
1 - www.antislavery.org
2 - www.freetheslaves.org
3 – Kevin Bales. The social psychology of modern slavery. Sci Am 2002; April: 66-74