sábado, 13 de septiembre de 2008

Pobre evolución de la Educación Superior en Argentina

Cuál haya sido la historia del sistema educativo argentino resulta fundamental para comprender la naturaleza de nuestro propio proceso político. La conexión entre la dedicación que un pueblo pone en la educación de sus nuevas generaciones y la consolidación de una Nación como tal es íntima. En este sentido el “...ideal de la educación para todos, el derecho a la instrucción, constituye una parte bien conocida del panteón de los valores modernos…”_. Para el Estado moderno “…el monopolio de la educación legítima es más importante que el monopolio de la violencia legítima”, por dos razones fundamentales: Primero, porque la educación crea, en el Estado-Nación, la identidad nacional. Con el advenimiento del Estado-Nació se hizo imprescindible el desarrollo de la “Educación Nacional” como instrumento central para el desarrollo de esta “identidad nacional”_ que no es sino el soporte cultural de la realidad política denominada “país”. Segundo, porque la educación adapta el hombre a las necesidades del sistema de producción industrial. Este rol central de la educación en el proceso político parece haber sido expresado como nadie por Churchill, cuando dijo en la universidad de Harvard que los imperios del futuro serían “los imperios de la mente”_.

Metodología
Tomando los datos provistos por el Censo Nacional de Población 2001, reprodujimos la performance de nuestro sistema educativo a lo largo del siglo XX. Luego, con datos provistos por la Encuesta Permanente de Hogares y el INDEC, así como la Secretaría de Políticas Universitarias, reprodujimos lo ocurrido en lo que va del siglo XXI. Esto fue comparado con algunos ejemplos internacionales.
Si se toman los datos del censo 2001, la población viene separada por grupo etario y máximo nivel educativo alcanzado. De esta manera, viendo a modo de radiografía el nivel de instrucción de cada grupo de edades, es posible retrotraerse a la década en la cual dicho grupo se encontraba en el momento central de su educación, es decir entre los 10 y 20 años de edad. De esta manera es posible establecer un perfil del desempeño de nuestro sistema educativo a lo largo de las últimas ocho décadas. Evidentemente el análisis no tiene en cuenta la inmigración, la cual generalmente es pobre y se suma a los niveles más bajos, disminuyendo la gravitación de los más altos en el total. Pero sin embargo y a favor de la metodología adoptada, la no inclusión de los inmigrantes en el sistema educativo es también una falla del mismo, y, por otro lado, no ha habido “oleadas” masivas de inmigración en esta segunda parte del siglo XX. Se puede objetar también que el modo de estudio no contempla las muertes. Pero esta observación enfatiza aún más nuestra tesis, ya que mueren más rápido las personas con menor nivel educativo, hecho demostrado en varias partes del mundo, con lo cual en todo caso estarían sobre-representados los estamentos más instruidos. Si a pesar de esto ellos representan una proporción pequeña, entonces la falta de inclusión educativa sería más seria aún de lo que el estudio muestra.

Problemas del Sistema Educativo Argentino
Lamentablemente el sistema educativo argentino abandona cada vez más esta misión, y esto como parte del proceso de disolución del sistema político que lo caracterizace. Nuevamente hay que lamentarse de que este fenómeno no es nuevo. Hace décadas que el sistema viene fracasando, y las perspectivas que de su historia se deducen no son precisamente alentadoras.
Tras repasar la impronta que el sistema educativo (al menos en sus instancias superiores) ha dejado en las generaciones de argentinos aún vivas, lo que representa una especie de radiografía de los últimos 70 años de educación, las conclusiones que pueden sacarse son las siguientes:
Los problemas del sistema educativo argentino, a nivel de su educación superior, son los sig
uientes:
1- Es poco inclusivo.
1. a. Los estudiantes son pocos.
1. b. Los graduados, en una gran proporción, emigran.
1. c. La participación de la empresa en el sector terciario es muy pobre.
1. d. La participación de la sociedad civil en la educación terciaria también es poca.
2- El sistema terciario es ineficiente
2. a. La producción científica es muy pobre.
b. La tasa de fracaso de los alumnos es sorprendentemente alta.

Pero sucede que el sistema es crítico desde un punto de vista estratégico, para garantizar el desarrollo del país. La educación terciaria y universitaria es central para el desarrollo del mundo del empleo, para la innovación, la vida institucional y democrática, y en definitiva como inversión social.

El Avance De La Secundaria Completa Es Muy Lento
En las últimas cinco décadas hemos aumentado un 7% promedio por año la proporción de personas que terminan su formación con al menos un título secundario, o superior. Esto significa que para tener el 100% de la población con secundario completo habría que esperar, al ritmo actual, unos 60 a 70 años más.
A modo de ejemplo, del grupo que completó sus estudios en la década de los 90’, más de la mitad (52%) tiene menos que secundario completo (Figura 1).
La Inclusión Universitaria Ha Sido Más Pobre Aún
EL desempeño de la inclusión terciaria ha sido peor aún. En nuestro país, solo 6 de cada 100 personas que entran en el sistema escolar obtiene un título universitario. Esto es así desde hace 40 años. No importa que se haya comenzad
o a estudiar en la década del 60’, 70’, 80’, o 90’, tan solo 6 o 7% obtuvo un título universitario. El desempeño de los terciarios fue aun menor. Dicho de otro modo, cuando nos encontramos con un niño en primer grado de la escuela, la probabilidad de que algún día tenga un “título” es del 6 o 7% (Figura 2).

En Años Recientes También, La Inclusión Terciaria Fue Pobre
Este fenómeno de pobre aumento de la proporción de personas con educación terciaria se observa incluso analizando más en detalle las décadas más recientes, como se puede ver en el caso de los 80’ y 90’. En 13 años la cantidad de gente mayor de 15 años de edad con estudios secundarios o superior aumentó del 24% en el 1980 a 35% en 1993; esto es, 11% en 13 años_.
El número de personas dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) con instrucción terciaria de algún tipo aumentó a razón de menos de 1% por año, según los intervalos. (Figura 3)


Performance En Lo Que Llevamos Del 2000
Analizando la historia más reciente, entre el 2001 y el 2005 la proporción de universitarios en la población general no aumentó nada, a pesar de constatarse sí, un modesto aumento en su número absoluto. Esto significa que la velocidad de inclusión terciaria se ha detenido, y Argentina no aumenta las probabilidades de su ciudadano promedio de alcanzar un “título” (Figura 4).


Peor Nivel Educativo Entre Los Más Pobres
Además el problema es muy serio en cuanto a la segregación de clase social. Mientras que sólo 3% de los más pobres tiene un estudio terciario, el 11% de los no pobres lo tiene. Es decir que la inclusión educativa es peor entre quienes menos ganan, hecho que aumenta su desventaja competitiva_ (Figura 5).



Comparación Con Estados Unidos
Haciendo un corte en el Año 2006, de acuerdo a los datos del censo Americano, en Estados Unidos 54% de la población mayor de 25 años de edad, sin distinción de color o país de nacimiento, ha tenido alguna experiencia de estudio más allá de la secundaria; y el 28% de los adultos de ese país tiene un título universitario. En Estados Unidos 10% de la población tiene un Master, un título de médico, abogado, o un doctorado.

Pero esta extraordinaria inclusión educativa tiene sus antecedentes. Si tomamos los Americanos que en el 2006 eran mayores de 65 años, es razonable asumir que en su proporción más grande estudiaron en las décadas comprendidas entre 1930 y 1950 aproximadamente. De ellos, 25% tuvo un título terciario universitario. Esto quiere decir que incluso luego de una de las depresiones económicas más serias de la vida de dicho país y durante el enfrentamiento bélico más impresionante de la historia, la probabilidad de un niño Americano que entraba al sistema educativo, de obtener algún día un título universitario, era de 1 en 4. El sistema Americano logró de 1920 a 1940 que 39% de sus nuevos escolares tuviera alguna experiencia terciaria, y 25% un título terciario o universitario. Hoy, en la década del 2000, nuestro país no tiene ni la mitad de esa proporción de la población con un título terciario. Es decir que Argentina hoy tiene la mitad de la inclusión educativa de Estados Unidos antes de 1940. En estos 60 años pasamos de tener el 7% de la población que ingresó al sistema educativo durante los 40’ con título terciario o universitario, a 14% de la población educada ente los 80’ y los 90’ con algún título más allá del secundario. A este ritmo vamos a alcanzar al Estados Unidos de los 40’ dentro de 60 años, con lo cual llevamos no menos de 120 años de retraso en materia educativa respecto de dicho país (Figura 6).

Comparación Con Francia
La comparación con Francia es igual de desalentadora. De aquellos que ingresaron al sistema educativo en los años 80’, 24% tuvo al menos dos años de educación universitaria. Esto sin contar los que siguen una formación técnica superior, que representaron un 15% adicional. Quienes ingresaron al sistema educativo francés en los 60’, esto es quince años luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, 18% cumplió al menos 2 años de universidad. 12% obtuvieron su título universitario (Figura 7).
Para interpretar los estadíos del sistema educativo francés, basta con saber que el Baccalaureatus es un título otorgado luego de asistir al liceo profesional, entre los 17 y 19 años de edad. A partir de allí se pasa al sistema de educación superior, con universidades, donde se otorgan títulos universitarios, o las denominadas “Grandes Ecoles”, con igual nivel formativo pero diferente política de admisión.

Poca Participación Empresaria
Otro aspecto de la poca inclusión universitaria en nuestro país está representado por la escasa presencia de la empresa en las casas de educación superior. Si bien existen excepciones, estas de ninguna manera constituyen la regla. Cuando la Secretaría de Ciencia y Técnica consultó a empresarios y líderes del sector acerca de este tema, se coincidió en que la innovación en Argentina es poca, la transmisión desde la Universidad a la Empresa es muy baja, igual que el financiamiento a la innovación lo es_. Si bien no hay más datos, la consulta es una muestra suficiente de la situación que la experiencia sugiere.

Fuga de Cerebros
La fuga de cerebros es la prueba más contundente de que el sistema es disfuncional. La universidad y los institutos superiores no son capaces de retener o atraer a los investigadores argentinos. Como escribiera Tulio Del Bono en La Nación_, esta “fuga de cerebros” que se ha vuelto epidémica no solo matiza nuestro presente sino que pone en riesgo el futuro de nuestro país.

Se calcula existen 7.000 científicos argentinos trabajando en el exterior, es decir el 70% de nuestros hombres de ciencia. Por cada investigador trabajando en Argentina hay dos que se marcharon. Y de cada 10 emigrados en los últimos 10 años, 2 son científicos, de acuerdo a un informe de la CEPAL; Argentina fue el país latinoamericano que más investigadores aportó a los Estados Unidos durante los noventa_. De cada mil personas que se van del país hacia los Estados Unidos, casi doscientas son personal calificado_.

Según un informe del Banco Mundial, dos y medio por ciento de los egresados universitarios argentinos reside en el exterior.

Ineficiencia Del Sistema
Además de poco inclusivo, el sistema de educación superior de nuestro país es ineficiente.
Evidentemente medir la eficiencia de nuestro sistema educativo a nivel superior no es fácil, pero hay dos datos bastante sintomáticos; uno es la baja producción científica, y el otro es la elevada tasa de fracaso estudiantil.

Respecto de la producción científica mundial, especialmente en materia de biociencias, es aplastante. Se publican más de 2.000.000 (sí, dos millones!) de artículos al año en la literatura biomédica, repartidos en unas 20.000 revistas. Si se los apilara, tendríamos un pequeño cerro de 500 metros de altura_. Argentina publica tan solo 1.900 papers al año sobre biomedicina. Hoy por hoy el consenso internacional es que no será posible desarrollar un sistema de salud sólido si no se invierte en investigación biomédica en el país en cuestión.

En cuanto a la tasa de fracaso de los estudiantes, la magnitud del problema en nuestro país no tiene parangón en ningún sistema desarrollado.

La Producción Científica Argentina Está Frenada
América Latina aumenta paulatinamente su participación en la producción científica mundial_. Para el año 2000 la región contó 22.500 “papers” en el International Science Index®, equivalente al 3,2% del total mundial según dicha base de datos. La participación de la región en el área de “medicina clínica” fue menor, de aproximadamente un 2% del total para el período 1981 – 2000, y el índice de impacto (según lo entiende The Institute for Scientific Information®) promedio de cada artículo fue un 60% del promedio mundial, o dicho de otra forma, el artículo original típico recibió 40% menos de citas por parte de los otros investigadores que las que recibe el artículo promedio mundial. El país que produjo los “papers” más citados de la región en el contexto internacional, para el área de medicina clínica, fue Costa Rica, que por otro lado no es uno de los principales productores de cantidad de artículos del continente_.

Argentina duplicó su producción científica médica, al menos según los datos surgidos del índice de “journals” correspondiente a PubMed (National Library of Medicine, National Institute of Health) entre 1992 y el año 2001; sin embargo esta tendencia parece haberse estancado con la entrada al nuevo milenio_. Así nos plegamos a una tendencia mundial: los países que publican poco lo hacen a un ritmo cada vez menor, aumentando la brecha con los grandes productores mundiales de ciencia.

Comparación Con Brasil
En la lista de los 50 investigadores en ciencias biomédicas más citados de los últimos 20 años (período 1983-2002), ninguno es argentino_.

Entre los años 1999 y 2004 los artículos en el área de medicina clínica más citados por otros investigadores, analizando los “journals” indexados en el Essential Science Indicators®_, fueron publicados en las revistas (por orden de número promedio de citas por artículo): Nature, Science, New England Journal of Medicine, Nature Medicine, JAMA, Proceedings of the National Academy of Sciences, Journal of Experimental Medicine, Journal of Clinical Investigation, Journal of the National Cancer Institute, y The Lancet. En su conjunto publicaron en el quinquenio 16.695 artículos originales. Argentina originó 45 de ellos (0,27%). El dato fue generado por nosotros.

Por contrapartida en el decenio 92’ – 02’ Brasil paso de producir 1.626 citas en el Medline a contar 5682. Brasil tardó 7 años desde 1992 en lograr la primer duplicación de su producción científica médica en términos de artículos indexados en PubMed, en 1999 publicó 3520 artículos, y le tomó tan solo 4 años conseguir su segunda duplicación, llegando a 7421 citas en 2004 (Figura 8).
Tomando el conjunto de las ciencias llamadas “duras” (excluidas las ciencias sociales), el desempeño del país es verdaderamente pobre, y a partir del año 2.000 se ha estancado.

La Universidad de Buenos Aires fue la tercer institución latinoamericana más citada entre 1992 y el 2003, detrás de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidade de São Paulo_.

Fracaso Estudiantil
EL fracaso de los estudiantes es otro tema que parece no preocupar a nadie. Pero durante el 2003 por ejemplo, la propia Secretaría de Políticas Universitarias relevó que 22% de los alumnos no rindió ninguna materia. Los alumnos tardan, en promedio, casi un 60% más del tiempo previsto en terminar sus carreras, y de cada 10 personas que ingresan a la universidad solo 2 terminan por graduarse_.

Este tema conlleva la máxima importancia, porque implica un modo de selección de los graduados basado más en cuestiones de supervivencia del más apto, que de un logro conseguido tras el despliegue de las mejores posibilidades individuales.


Relevancia Estratégica De La Universidad
Estos defectos de nuestra educación superior no son intrascendentes para el futuro de nuestra Nación. Sucede que el sistema es crítico desde un punto de vista estratégico, para garantizar el desarrollo del país.

La educación universitaria es central para el desarrollo del mundo del empleo, para la innovación, la vida institucional y democrática, y en definitiva como inversión social.

Universidad, Empleo, Y Crecimiento Económico
Respecto del mundo del empleo, en la mayoría de los países en desarrollo para el 2020 la cantidad de puestos de trabajo para operarios habrá caído fuertemente, lo que sin embargo se acompañará de un aumento constante y sostenido de la producción industrial; esto es debido a que con los adelantos tecnológicos se espera aumenten la productividad. La presión sobre el mercado laboral se ejercerá seguramente sobre los sectores mejor calificados de la sociedad, aumentando así la desigualdad entre los grupos mejor instruidos y los menos favorecidos_. Este fenómeno ha sido denominado la paradoja de la producción_.

El avance tecnológico ha sido incorporado como un factor endógeno a la ecuación de crecimiento económico, y actualmente se considera que el conocimiento es uno de los factores de producción. La mayoría de los cálculos muestran que la inversión en investigación y desarrollo posee utilidades privadas superiores al 20%, y utilidades sociales muy por encima del 50%, lo que hace de este rubro probablemente el más rentable de los existentes a la fecha_.

Invertir en educación es una de las mejores inversiones que un país puede hacer para su futuro. Aproximadamente el 0.5% del crecimiento anual del PBI se debería al factor “educación”; por cada año que se aumente las escolaridad promedio de la población, el PBI se estima crecerá un 3.7% adicional en el largo plazo_.

Educación Superior Como Inversión Social
La inversión anual en educación universitaria, luego de sumar en el debe el tiempo consumido, las costas del estudio, y los impuestos posteriores, y en el haber, el riesgo de desempleo asociado a la posesión de un título, y las ganancias, arroja un saldo altamente positivo que va del 7% al 17% anual; muy superior a los intereses de una caja de ahorro.

El retorno de la inversión en escolaridad es un excelente indicador de la productividad de la educación, y sirve para guiar a los individuos en la inversión en capital humano_. En el caso de la educación universitaria, esta posee una tasa de retorno a la inversión de casi el 20% para la persona, y del 11% para la sociedad.

Existen dos escenarios probables para el futuro, y Argentina no puede evitar optar en la alternativa. En uno, el desarrollo científico y tecnológico lleva a un crecimiento sostenido y mejora sustancial de las condiciones de vida de la comunidad; en el otro, el desarrollo científico y tecnológico, con su demanda de mano de obra calificada y su capacidad productiva, genera focos de exclusión social y desigualdades económicas crecientes entre quienes pueden manejar la ciencia y los que no. La evolución hacia uno u otro escenario depende en gran medida de la expansión que adopte el proceso educativo entre la población_.

Universidad y Democracia
Un punto fundamental de la educación terciaria, es que la misma se asocia a un pensamiento democrático. Cuando el Latinobarómetro encuestó acerca de la confianza en regimenes democráticos y la creencia en valores democráticos, las personas más inclinadas a este tipo de posturas eran aquellas con inclusión universitaria, y aquellas que habían progresado en su nivel educativo respecto de sus padres_. Mientras que sólo 43% del total de Latinoamericanos encuestados sostiene ideas francamente democráticas y defiende al régimen antes que nada, en el caso de los universitarios la cifra asciende al 49%.

Conclusión
La Argentina tiene por delante, como queda claro desde la revisión de los datos expuestos, una tarea ingente en materia de inclusión educativa a nivel superior. Se podrá objetar que hay que insistir en los niveles iniciales, y que luego el sistema irá presionando hacia arriba hasta aumentar la inclusión terciaria. Pero esto parece falso por dos razones. La primera es que esto es lo que de hecho ha venido sucediendo. La tasa de crecimiento de los títulos secundarios ha sido mucho mayor que la terciaria, lo que invalida la hipótesis según la cual más gente egresada del secundario es lo que garantiza mejor inclusión universitaria. Además, la elevada tasa de fracaso entre los estudiantes universitarios se debe, en gran medida, a que el secundario aumenta su cantidad de incluidos pero no la calidad de sus egresados. Además, resulta difícil creer que un sistema educativo funcione bien si le falta su paradigma. Y el sistema científico y tecnológico, la gran aventura humana del saber, se articula desde la educación superior, para la cual las instancias anteriores son “preparatorias”. luego sin foco en la excelencia de la universidad falta orientación a la educación básica.

El sistema como tal está desmotivado y herido en su mismo corazón. Esta lesión afecta directamente a nuestro funcionamiento institucional, el cual necesita una población adecuadamente educada para mejorar no solo el proceso político como tal, sino también las condiciones socioeconómicas fundamentales que resultan pre-requisitos de un sistema político sano.

1-La société industriel. En: Ernest Gellner. Nation et nationalisme. Paris 1999, Payot & Rivages, ch. 3, p.: 47
2-Pierre Manent. Cours familier de philosophie politique. Paris 2001, Gallimard. Ch. V, pp. : 93
3-The Price of Greatness is Responsibility. Winston Churchill, Harvard University, 6 de septiembre de 1943: “-Let us go forward as with other matters and other measures similar in aim and effect - let us go forward in malice to none and good will to all. Such plans offer far better prizes than taking away other people's provinces or lands or grinding them down in exploitation. The empires of the future are the empires of the mind”-_
4-World Bank. Human Resources Division Country Department I. Latin America and the Caribbean Regional Office. Argentina. Argentina's Poor: A Profile. Report No. 13318-AR. June 27, 1995
5-Human Resources Division. Country Department I. Latin America and the Caribbean Regional Office. Argentina. Argentina's Poor: A Profile. World Bank. Report No. 13318-AR, June 27, 1995
6-Consulta. SECyT Bases para un Plan Estratégico de Mediano y Largo Plazo en Ciencia, Tecnología, e Innovación, 2005-2015_
7 -Tulio Del Bono. La fuga de cerebros pone en riesgo el futuro. La Nación, 12 de noviembre de 2003, p.: 15, opinión-_
8 -Argentina lidera la fuga de cerebros a Estados Unidos. Estudio de la CEPAL. Ver: CEPAL. Migración internacional de latinoamericanos y caribeños en Iberoamérica: características, retos y oportunidades. Encuentro Iberoaméricano sobre Migración y Desarrollo. Madrid, Julio 2006-
9 -Argentina lidera la fuga de cerebros a Estados Unidos. Clarín, 28 de abril del 2005-_
10 Mulrow CD. Rationale for systematic reviews. In: Chalmers I, Altman DG (Eds). Systematic reviews. London 1995, BMJ Publishing Group. Ch. 1._
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